|
Cada vez más personas en la actualidad buscan disminuir el intenso
ritmo producto del estilo de vida que se vive en las ciudades.
Ahora, ya no hay espacios vacíos, salvo que uno los cree en forma
deliberada.
Hoy, la meditación es más necesaria que nunca. En estos tiempos es
cuando nos surge la pregunta:¿Cómo hago para meditar? Para comenzar,
debemos asumir una actitud lúdica frente a la meditación.
Considerarla como algo divertido, así la mente no podrá destruir el
proceso meditativo. Todo lo que la mente es capaz de hacer, no puede
ser considerado “meditación”. Donde termina la mente comienza la
meditación, ya que esta no es un logro, es un estado previo, no se
adquiere, se la reconoce.
La meditación es inacción, es tu naturaleza, eres tú y se trata de
permanecer libre de ocupaciones.
Meditando eres el observador que contempla tu mente, que recuerda
que existes, que eres libre y que el mañana es hoy, en un eterno
“aquí y ahora”.
También es un don. Todo lo que necesitas es paciencia. Recuerda que
tu cuerpo no está acostumbrado a sentarse en silencio, así que
solamente observa.
Eres uno con el momento, donde el observador se transforma en el
objeto observado. ¿Alguien te insultó? Medita acerca de ello.
Adquiere conciencia de qué te sucede cuando recibes el insulto.
Comienza por prestar atención a los intervalos que están en la
mente, ese espacio entre pensamientos.
La meditación implica concentrarse en el intervalo. Así que intenta
sentarte en un lugar agradable, con luz tenue y permanecer en
silencio. Puedes ir aumentando el tiempo lentamente. Recuerda que si
te concentras en los intervalos, se pierden las palabras.
En ese mismo estado, algo empezará a cambiar en ti, donde las
pequeñas cosas comenzarán a tener sentido. Aprenderás cómo gozar de
la vida lejos de los caminos de la mente...y eso, no es poca cosa.
Stefi Salvat
|
|